Las naranjas son frutas bastante resistentes. En condiciones idóneas pueden aguantar perfectamente 15 a 20 días. No obstante, exponemos una serie de recomendaciones para que vuestro pedido conserve todas las propiedades y el sabor hasta el final.
Es importante que cuando recibáis vuestro pedido, saquéis las naranjas de la caja y las depositéis en un lugar a temperatura ambiente como puede ser el frutero de la cocina. Si es posible y se dispone de espacio se pueden esparcir sobre papel de periódico para separarlas y que circule el aire entre ellas.
Debéis alejarlas de zonas demasiado calientes (radiadores), del aire acondicionado y también de zonas donde el sol les da directamente.
Si las pones en el frutero, evitar ponerlas al lado de otras frutas y/o verduras. El motivo es que las naranjas son frutas que una vez recolectadas no maduran mas, al contrario que les ocurre a los plátanos o manzanas, que siguen madurando una vez recolectadas y emiten una hormona conocida como etileno que acelera el proceso de maduración pero que también estropea a las naranjas.
Se pueden poner en el frigorífico, aunque no es recomendable ya que podrian perder algunas de sus propiedades. Si decides meterlas en el frigorífico, evita el cajón cero
Si observas alguna naranja cuya piel tiene alguna «cicatriz», es recomendable que la consumas cuanto antes para evitar que se deteriore. Igualmente, si observas que alguna naranja empieza a estropearse, sepárala del resto para evitar que se contagien.
Por el tacto sabemos si una naranja está vieja. Si tras una ligera presión, notas que se aplastan fácilmente, significa que su tiempo está pasado. No obstante, eso no significa que ya estén malas. Puedes utilizar su jugo perfectamente para hacer zumo o para postres como la macedonia.